El Presidente Luis Abinader tiene a medio mundo comiéndose las uñas; y tal parece que lo hace adrede, porque es imposible que a estas alturas del juego todavía no haya decidido si se postula o no para otro período de cuatro años como presidente de la República Dominicana. Cualquiera en su sano juicio supondría que el hombre está dando tiempo a que se estructure una campaña sólida y bien coordinada, con todos los elementos necesarios para salir y arrasar.
No hay manera de que Luis Abinader no sea el candidato del Partido Revolucionario Moderno, solamente hay que mirar hacia adentro de esa organizacón política y buscar un sustituto que en menos de un año pueda levantar vuelo y asegurar una victoria. Pero es interesante escuchar al presidente cuando habla de planes futuros del gobierno, como tranvías, trenes urbanos, teleféricos, universidades agrícolas, circunvalaciones, politécnicos, etc, cosas que no serán posibles construir ni inaugurar en el tiempo que le queda como presidente hasta el 2024.
Esos anuncios no son obras cuya ejecución la pondría en riesgo con algún candidato sin opciones en su partido y mucho menos ponerlas en manos de un presidente de la oposición, en cuyo caso jamás se materializarían. Es por eso que todos los indicadores apuntan a que el hombre se va a repostular y que la campaña va a ser brutal. Hemos visto que los otros partidos han estado haciendo mucho alboroto, han estado en campaña desde aproximadamente un año -siendo indulgentes con ellos- mientras el partido de gobierno ha permanecido callado, organizándose, reclutando figuras de peso desde la oposición y en alguna medida "en modo ahorro". Tampoco ha entrado en el ejercicio de contestar muchas de las acusaciones que a diario hacen contra ellos y contra el Presidente.
La actitud de la oposición, buscando declaraciones viejas desde cuando Abinader era candidato en el 2016, donde decía que no estaba de acuerdo con la reelección, conminándolo a cumplir con ello, los meta mensajes de que debe hacerle caso a su familia y no repostularse, la insistente campaña para que el hombre desista de sus aspiraciones, va trazando la linea de por dónde va la cosa. Un candiadato que sin haber anunciado oficialmente su participación en el torneo electoral y que a pesar de ello ha venido consistentemente dominando las encuestas con sobre 24-25 puntos sobre el que está en segundo lugar, es un elemento a temer en un mano a mano eleccionario. Probalemente esa actitud de la oposición la coloca en una situación de mayor desventaja frente a la manera de como la gente percibe su fortaleza o debilidad.
Estamos a pocos días en que se haga el anuncio, solo nos toca esperar.