Por: Ari Gómez
Ingeniería Social, Marketing
Las elecciones municipales dejaron lecciones, las lecciones son para aprenderlas, no para renegar de ellas sacando el humor visceral y entrar olímpicamente en negación porque no les gusta el contenido. La oposición parece que no está en ánimos de aprender, cuando aún tiene oportunidad de hacer un papel decoroso en las elecciones de mayo. Y me detengo en el término decoroso, porque si vuelven a caer como lo hicieron en las elecciones de febrero, su futuro se va a tornar más oscuro aún. Haciendo un papel más o menos aceptable, los partidos opositores tendrán suficiente caudal político como para reinventarse, recomponerse, rehacerse y para los próximos torneos electorales poder venir con caras nuevas, desarrugadas, y presentar propuestas frescas al electorado dominicano.
Este introito viene por la actitud de un ala opositora que francamente fracasó, el partido Fuerza del Pueblo fracasó estrepitosamente y sucedió asi, porque su líder, guía y maestro, Leonel Fernández trazó un mapa que él sabía era muy diferente al terreno de la realidad, pero necesitaba mantener la militancia que le sigue ciegamente unificada detrás de su aura de sabio griego y de poseedor de la verdad universal. El resultado lo hemos visto todos, aunque se haya hecho todo lo posible, aunque se haya esgrimido el argumento más ridículo para justificar la derrota.
En el caso de Omar Fernández, van por el mismo camino y voy a tratarde explicar por qué.
El primer argumento que sacan los de la Fuerza del Pueblo es que su principal contrincante, Guillermo Moreno no tiene votos, que su partido Alianza País no saca votos significativos en las elecciones donde se ha presentado como candidato a presidente, que es un candidato que solo sale cada cuatro años, la burla es constante y basada en percepciones sin fundamento.
Como respuesta a la primera premisa se olvidan inocentemente, como mecanismo de defensa interior o inducido, que Guillermo Moreno no es solo candidato de su partido, que lo lleva el partido más grande actualmente, el PRM, un partido organizado, bien dirigido, que hizo elecciones internas y las administró magistralmente, que viene de arrasar unas elecciones municipales dejando a la oposición diezmada a nivel de municipios y que detrás de ese partido en el gobierno, viene una coalición de partidos y movimientos que le suman más de diez puntos porcentuales.
Es un error táctico, basar la candidatura de su candidato a senador en la premisa de que Guillermo va solo respaldado por Alianza País, detrás suyo, hay un escuadrón que resultó ser demoledor en Santo Domingo Este y Santo Domingo Norte, amén de la experiencia del Distrito Nacional y Santo Domingo Oeste. Esa conjunción de tanques de guerra es capaz de asolar políticamente a cualquier objetivo que se ponga de frente y no he mencionado las figuras de Carolina Mejía, una candidata que probó tener carisma, que acaba de arrasar electoralmente y se erige como la gran ganadora de las simpatías en su territorio y la del presidente Luis Abinader, que de seguro va trabajar para conquistar esa plaza, una figura de un peso político, electoral y social extraordinario, en un país eminentemente presidencialista. No es lo mismo ser expresidente, que ser presidente en funciones y con todos los indicadores diciendo que será presidente por cuatro años más.
Un problema que tiene la candidatura del joven politico es la figura omnipotente y omnipresente de su padre Leonel Fernández, el político con la tasa de rechazo más alta de la historia política del país; por más que trate de sacudirse esa imagen de encima, no va a poder deshacerse de ella, es su padre. Ese es un talón de Aquiles que espanta a los votantes de otros partidos que podrían ver en Omar un posible buen candidato a senador. Pueden estar seguro que nadie del PRM o de la coalición va a votar por él y que va a necesitar mucho trabajo para convencer a todos los peledeístas del Distrito para que salgan a votar después de la derrota estrepitosa de Domingo Contreras en su intento por la alcaldía de esa demarcación. Esa derrota quita muchos ánimos y siembra sentimientos derrotistas.
Si le explotan esa debilidad a Omar Fernandez y él se ve obligado a defenderse de ello y a tratar de limpiar la figura del papá para que no le ensucie la suya, habrá problemas en su equipo de trabajo. En el debate que tuvo con los demás candidatos a senadores por su demarcación política, el candidato de la Fuerza Nacional Progresista y apoyado por el Partido Reformista Social Cristiano, Vinicio Castillo, quien es un zorro de mucho cuidado, hizo un ensayo de esa estrategia y en un momento lo hizo entrar en el tema donde se vio tratando de defender la obra de gobierno de su padre. Si por ahí van los truenos, la tormenta va a ser de empezar y nunca acabar.
Guillermo Moreno le tanteó el tufo a corrupción de su partido y lo hizo renegar del mismo, esquivando Omar que lo relacionen con el partido de su papá, intentando poner en el imaginario social que él es candidato de los jóvenes, de los barrios, de la gente, etc, en ningún momento tomó en sus manos la bandera de su partido o de la alianza que igual está manchada por la misma corrupcion que camina de la mano de su padre.
Va a ser difícil para el joven político, le esperan horas muy aciagas y caminos muy angostos y llenos de abrojos con un ejército entrenado, probado y artillado preparándose para el ataque final.