"Los dos guerreros más poderosos con los que se puede contar son la paciencia y el tiempo"
Leon Tolstoi
Un año nos separa de la fecha que todo el país está esperando para decidir quiénes nos van a gobernar en los próximos cuatro años. A pesar de que tres partidos luchan por obtener el poder, el panorama no luce tan confuso como en la contienda pasada de 2020 donde salió ganancioso el Partido Revolucionario Moderno. Las encuestas que se han presentado hasta ahora, incluyendo la que dio a conocer la famosa empresa Gallup, dan como favorito al presidente Abinader a pesar de que no ha dicho que irá por un nuevo mandato y aun no ha sido proclamado candidato a la reelección por su partido.
Aunque estamos a menos de un mes para que los partidos políticos presenten sus candidaturas a la Junta Central Electoral (JCE) y de que tanto el Partido Fuerza del Pueblo y el Partido de la Liberación Dominicana ya han escogido sus candidatos, el Partido Revolucionario Moderno aún no ha hecho proclamación, debido a que hay dos pre-candidatos que ya han anunciado sus deseos de convertirse uno de ellos en el candidato oficial. Se da por descontado que el presidente Luis Abinader optará por la candidatura y eso les hará más difícil las aspiraciones a Guido Gómez Mazara y a Ramón Alburquerque en un certamen interno de esa organización política.
Los números de todas las encuestas que se han publicado, excepto la de la encuestadora ASISA, colocan al presidente Abinader con una cómoda ventaja sobre su más cercano contendor, Leonel Fernández de la FP, a quien aventaja por unos 22-23 puntos y con una tasa de rechazo que ronda los cincuenta puntos. Mas rezagado se encuentra el candidato del PLD, Abel Martínez con menos de 20 puntos en la preferencia del público. De no haber variaciones significativas, el PRM se encamina hacia un triunfo a pesar de que se está gestando una especie de alianza entre los principales partidos de la oposición en el plano municipal, congresual y aún no se decide si habrá apoyos a nivel presidencial. La aritmética simple nos da números que determinan por donde irá la cosa al final del evento.
Los dos partidos de la oposición se encentran en una encrucijada política donde les va la vida; el PLD, muy decimado debido a todos los problemas judiciales que enfrentan muchos de sus prominentes miembros y la salida de muchos de sus alcaldes, asambleístas y líderes de demarcaciones importantes para su incorporación al partido de gobierno, les hace muy difícil su sobrevivencia después del 2028 como partido con alguna opción electoral. La Fuerza del Pueblo, cuya existencia gira alrededor de un candidato y sin una estructura medianamente buena a nivel del país, con muy poco soporte municipal o congresual y que viene de obtener solo un 8% en las pasadas elecciones, necesita por lo menos hacer un papel decoroso dado que es muy difícil que su líder tenga alguna otra oportunidad de presentarse como candidato después de 2028. Se augura que el próximo líder de esa organización será el sucesor por defecto y consanguinidad, Omar Fernández, aunque hay que resaltar que en estas elecciones tiene que trabajar lo indecible y ganar la candidatura por la que opte por postular. No será beneficioso para nadie comenzar a liderar un partido si viene de una derrota a menos que antes no haya sido vencedor de algún torneo electoral, como es el caso de su padre, quien gobernó por doce años y también fue presidente del PLD por aproximadamente dos décadas.
Un punto a resaltar es que los dos partidos de la oposición hasta este momento se están jugando el segundo lugar en el tablero político-electoral, por lo que una alianza podría provocar que uno de los dos partidos absorba la mayor parte del otro y eso sería fatal para el que salga lastimado.
Así las cosas, solo falta esperar que el PRM tenga su candidato y que empiece su campaña, ejercicio en el cual ha estado muy tímido y hasta lento si lo comparamos con las demás organizaciones políticas que comenzaron mucho antes de que la JCE permitiera la pre-campaña. Pero todo ello puede deberse a que se encuentra en observación de lo que hará la oposición en términos de alianzas, para diseñar una campaña efectiva, además de que económicamente y cuando más falta hace el dinero, tendrá sus arcas mucho más saludables y sólidas que sus opositores, los cuales ya han ido gastando muchos millones de pesos adelantando sus candidatos.