Por: Ari Gómez
Ingeniería Social, Marketing
Haití siempre ha dejado dividendos y pérdidas políticas de este lado de la frontera, ha logrado posicionar candidatos hasta hacerlos subir en las encuestas y ha bajado a otros a niveles peligrosos. Para bien o para mal, cualquier situación que se presenta en Haití tiene repercusiones sociales y políticas en República Dominicana y esta ocasión no es para menos, porque envuelve un elemento especial, agua.
Yo no me voy a referir a la legalidad o ilegalidad del canal que construye Haití en su territorio, tampoco voy a darle la razón ni a este ni al otro lado, todo está claro en cuanto a esos términos. Mi análisis va dirigido a escarbar en el hecho de que esta situación ha sido muy aprovechada por el presidente Luis Abinader para posicionarse en su carrera por la reelección.
Mucho se ha tratado de decir lo contrario y lo han querido pintar de blandengue y falto de testosterona, pero el hombre la ha jugado magistralmente para no caer en el juego haitiano de agresor y abusador de un pueblo "indefenso y humilde" ante los organismos internacionales. En una situación de convulsión política y de guerras internacionales, lo menos que le conviene a nuestro país es buscarse enemigos en la comunidad internacional que agraven más aún nuestra situación en cuando a precios y productos que importamos. Un traspiés que conlleve escasez, agravaría la situación interna en cuanto a precios y disponibilidad de insumos necesarios para la alimentación del dominicano.
Otro aspecto a resaltar es que, con esta actitud, Dominicana le tumba el discurso de víctima que siempre ha esgrimido Haití ante la OEA y la ONU. De hecho, si escuchamos atentamente el discurso del canciller haitiano en la reunión de la OEA, lo único que faltó al inicio de su discurso fue que le buscaran una toalla para secarse las lágrimas, invocando "su indefensión y esa larga historia de agresiones y sufrimientos contra ese pobre pueblo oprimido y echado a menos por las demás naciones", específicamente la nuestra.
Ante todo, este panorama, hay un actor dominicano al cual yo creía más inteligente y capaz de sacar provecho de todo esto, Leonel Fernández. Dada su sagacidad y su experiencia como conocedor del pueblo dominicano, pensaba que podría salir ganancioso, pero ha sido todo lo contrario. Quizás apresurado o desesperado por el bajo posicionamiento político de su candidatura y su partido, Leonel Fernández entró en un proceso de contradecir cualquier medida tomada por el gobierno que, al parecer se percató de que ese camino iba hacer tropezar al señor Fernández y lo dejó que se estrellara solito.
Ha sido tal el deseo de llevar la contraria que se entrampó en su propio discurso, al extremo de que la ciudadanía lo está viendo como un aliado de Haití y enemigo del país. Sus pronunciamientos han pasado de ser imprudentes a ser desafortunados, en momentos en que se exacerba un sentimiento nacionalista. Sus correligionarios han contribuido a dañar aún más a su líder cuando traen a las redes material haitiano donde amenazan a Republica Dominicana con crearle situaciones incómodas y lo hacen con una sorna que los retrata como celebrando algún mal para nuestro país. Publicaciones haitianas exaltando las expresiones de Leonel Fernández y haciéndolas suyas como arengas de batalla, cercenan aún más la poca confianza que el pueblo le tiene y lo colocan directamente del lado contrario, una situación muy difícil para un candidato en este país a pocos meses de unas elecciones y con un partido que no logra aumentar su caudal electoral.
Leonel está entrampado en su discurso, tratar de desandar sus pasos va a resultar extremadamente difícil sin salir muy dañado ante su propia militancia que le va a reclamar su cambio de posición y además con la ciudadanía que va a ver su cambio como el intento del oportunista que hoy dice una cosa y cuando le conviene dice otra. Pero lo más difícil es mantenerse en esa posición que ha sido tildada y ha ido calando en la gente como antipatriótica, entreguista y favorecedora de la causa haitiana con las consabidas especulaciones de por qué el señor Fernández se coloca de ese lado. Leonel está entrampado, él lo sabe y por lo que se ve, ha optado, junto con su organización política, por mantenerse en su discurso anti-gobierno y anti-Abinader.