Por: Ari Gómez
Ingeniería Social, Marketing
18 de diciembre de 2023
Comunicación es quizás uno de los términos más utilizados después que el mundo se abrió al internet y a las redes especialmente. Todo el mundo tiene en sus manos un medio para comunicarse con los demás, expresar ideas, opiniones, aseveraciones y toda suerte de discurso que entienda debe transmitir a otra persona, a un grupo de personas o a un conglomerado.
Pero comunicar es más que el mero hecho de decir, es transmitir efectivamente, de manera que el mensaje sea entendido y digerido de la manera que el emisor quiere que se entienda y se digiera. La comunicación viaja en forma de códigos linguísticos, a través de gráficas o elementos que el objetivo pueda palpar a través de sus sentidos. De ahí la importancia de conocer a quién se le comunica, a quien se le habla. Un discurso elaborado para personas con cierto grado de estudios no causa el mismo efecto en un segmento sin esas oportunidades. El comunicador debe tener la habilidad de segmentar su mensaje para distintos grupos y segmentos sociales; el mismo discurso, pero dicho de diferentes maneras.
El primer paso para comunicar bien es identificar el segmento o los segmentos a quienes van dirigidos nuestros mensajes, sin esa evaluacion no habrá manera de saber a quién se le habla, es requisito fundamental el conocimiento de los factores que inciden en esos segmentos, tales como grado de escolaridad, medios donde recibe mensajes, variables demográficas por edad, sexo, etc. Porque un niño no capta igual que un adulto, ni una persona con un bajo grado de escolaridad decodifica igual que una persona con un bachillerato o una carrera universitaria. De ahí la importancia de hacer un análisis y un estudio a profundidad antes de lanzar ideas y mensajes.
Todo este preámbulo se hace para analizar hasta dónde el equipo de comunicación del gobierno actual ha hecho su tarea. ¿Se está comunicando? ¿Está llegando el mensaje a los ciudadanos? ¿El mensaje está llegando de forma y manera que la media de la población lo pueda decodificar? ¿Está el pueblo entendiendo el mensaje? Estas interrogantes son la llave del éxito o el fracaso de una gestión de gobierno. Por ahí se dice en forma muy campechana que la gallina cuando pone un huevo lo cacarea. ¿Está el gobierno de Luis Abinader cacareando sus huevos? ¿Está esta gestión gubernamental haciendo conciente a la ciudadanía de las cosas buenas que hace su gobierno? El mensaje crea percepción y quien tenga la habilidad de hacer llegar el mensaje va a dominar la percepción en la ciuddanía.
La respuesta es NO CREO, para no decir que no tajantemente. Si buscamos tan solo las cuentas de redes sociales de los ministerios de este gobierno, encontraremos que sus alcances son pírricos, con poca difusión, poca atención de los usuarios de la red y una carencia de contenido tal, que no llama la atencion. Y podemos enumerarlos uno por uno y veremos el mismo patrón en todos. Un fallo elemental, básico en un mundo interconectado y donde el que más o el que menos se conecta a una red social. Muy pobre gestión en materia de comunicación digital de parte de los funcionarios de este gobierno.
Hay una especie de apatía en el sistema de comunicación que espanta, podemos notar una ausencia marcada de funcionarios y voceros de las distintas dependencias gubernamentales en los programas de opinión, en la prensa se nota una actividad y presencia mayor de la oposición que se puede catalogar de cuatro a uno, en las redes hay un desastre, los mensajes negativos al gobierno superan en proporción de mas de diez a uno a los que anuncian algun tipo de obra que beneficia a la sociedad. Se nota una desorganización que raya en el asombro, dado que cualquiera se imagina que con los recursos económicos y tecnológicos que se supone tenga el gobierno, debería ser el estado quien estuviera trazando las pautas de comunicación y no la oposición, colocando al gobierno contra la pared en una defensiva que ni siquiera a eso llega.
El silencio gubernamental es sorprendente, casi insólito, le dan la callada a cualquier tema que se lance maliciosamente desde la oposición, dejando que este penetre en el imaginario del pueblo y se convierta en una verdad. Desoyen los reclamos de la gente pidiendo que se aclaren temas que trae la misma oposición y lo que es peor, ignoran el hecho de que la ciudadanía necesita escuchar a los voceros del gobierno expresarse sobre temas fundamentales, dejando esta tarea a un presidente que tiene que salir obligatoriamente a decirlos en una rueda de prensa semanal a pesar de tener funcionarios muy bien remunerados, con un presupuesto muy robusto y que son los llamados a hacer ese trabajo.
El presidente se embarcó en un proceso reeleccionista con todo su derecho y con los atributos más que suficientes para ser reelegido, con los méritos necesarios para que el pueblo le dé la oportunidad de hacer lo que la pandemia y los efectos de la guerra de Ucrania no le permitieron hacer, pero primero debió evaluar si su equipo de comunicadores tenía la capacidad de ayudarlo a transmitir el mensaje de su obra, de su impronta y de sus ejecutorias realizadas a pesar de los problemas que ha enfrentado. Aún le queda "un chin" de tiempo, pero debe apurar el paso no empece que las encuestas lo favorecen ampliamente, debe reevaluar todo su sistema de difusión hacia la ciudadanía y hacer una reingeniería en ese departamento tan sensitivo, si quiere tener éxito, de lo contrario, encontrará serias dificultades en su camino.
Y he querido dejar este análisis a nivel del gobierno, porque si vamos a analizar la participación del partido de gobierno en este sentido, habria que decir que es la peor gestión de comunicación partidista, político-electoral que se ha podido ver, ahi si la cosa espanta.